5 Beneficios del papel aluminio que todos los famososo usan. Por eso siempre lucen bien.
La sonrisa perfecta es posible. Aunque no es lo recomendable (lo suyo es un cepillado perfecto varias veces al día e incluso acudir al dentista una vez al año), las redes sociales y la comunidad internauta ofrecen un 'truquito' para blanquear nuestros dientes en casa. ¡Toma nota porque es muy interesante!
Unos de los aspectos que tratamos de cuidar durante el día a día es la sonrisa ¿Por qué? Porque nos encanta que nuestros dientes aparezcan blancos y perfectos en una fotografía de una boda, un concierto o en encuentro especial con amigos y amigas que hace tiempo no vemos.
Sin embargo, el café y el tabaco, que son bastante habituales entre la población, perjudican de forma importante el esmalte dental. ¿Cómo podemos evitarlo sin ir al dentista y dejarse un dinero en un blanqueamiento?
Por Internet y las redes sociales circula un método sencillo y económico que da resultado. No, no tiene nada que ver con las costumbres hindúes de meterse una ramita de nim en la boca que permite, gracias a sus propiedades antisépticas, mantener limpios nuestros dientes.
En este caso, si tienes los dientes un poco amarillos, solo necesitarás un poco de bicarbonato de sodio, un trozo de papel de aluminio y tu tradicional pasta de dientes. Y ahora, ¿qué hay que hacer?
Coge el bicarbonato de sodio y mézclalo con la pasta, extendiendo la mezcla sobre el papel de aluminio. A continuación, como si de una dentadura provisional se tratara, envuélvelo alrededor de los dientes y ajustándolo lo máximo que puedas para que pueda hacer el mayor efecto posible en el esmalte.
Una vez tengas esa dentadura provisional, déjala actuar durante una hora y retira el papel de aluminio de tu boca para evitar males mayores. Enjuágate la boca (no es necesario un colutorio) y ya podrás presumir de sonrisa perfecta.
PD: No esperes milagros. Este truco puede ayudar a quitar las placas bacterianas de tus dientes pero lo más recomendable es que vayas al dentista y que te revise por si acaso. ¡Más vale prevenir que curar!